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¿Cómo definir los valores de un colegio privado?

Foto del escritor: Aarón RosetteAarón Rosette

Actualizado: 11 mar 2023

Te explicamos cómo elegir y evaluar los valores de tu institución educativa.

Piedras apiladas en un paisaje de naturaleza

Al conceptualizar un colegio, no solo construimos una misión y una visión para decir quienes somos y quienes queremos llegar a ser. También necesitamos una serie de valores que comuniquen los ideales que regirán nuestras conductas.


Desafortunadamente, la utilidad práctica del valor se ha deformado en la gran mayoría de los colegios, encontrándonos con muchísimos errores en su construcción y, más aún, en su práctica diaria.


Errores más comunes en los valores de colegios privados


No utilizarlos como diferenciadores del servicio


Una de las primeras equivocaciones que se cometen al emprender en el sector educativo es no analizar previamente las características del sector con la finalidad de encontrar aquellos diferenciadores que nos permitan destacar.


Por ejemplo, si queremos incursionar en una ciudad donde la mayoría de los colegios ofrecen una educación religiosa y muy rígida, un diferenciador importante podría ser el valor del laicismo o la promoción de la libertad de pensamiento y el respeto hacia la diferencia y la diversidad.


Los valores son una oportunidad para establecer aquellas características de nuestro servicio que nos harán diferentes a lo que la mayoría del mercado está ofreciendo.


Trsitemente, si tomamos la lista de valores de colegios en una misma zona geográfica, seguramente nos encontraremos muchísimas coincidencias.


En ocasiones las palabras se repiten y se terminan convirtiendo en lugares comunes.


Por ejemplo: “calidad educativa” e “innovación” son valores que encontramos en demasiadas instituciones educativas.


Personas en una conferencia levantando las manos
Los valores tienen que regir el actuar de todo el personal

Usar falsos diferenciadores


Debemos ser cuidadosos de no utilizar valores que sean en realidad cualidades mínimas esperadas por los alumnos y padres de familia.


Un ejemplo de falso diferenciador es colocar como valor “calidad educativa”, pues es algo que cualquier persona que pague por servicios educativos privados espera recibir.


Un verdadero diferenciador debe ser cualquier valor agregado, no algo inherente al servicio.


Tener demasiados valores


La finalidad de un valor es regir las conductas de todas las personas que formarán parte de la institución.


No es recomendable tener listados enormes de palabras pues, al ser tantos, carecerán de significación.


Otro problema de tener demasiados valores es su dificultad para ser recordados por el personal del colegio.


Se recomienda tener de 3 a 4 valores como máximo.


Se deben redactar en orden jerárquico, es decir, el primer valor que escribamos será el más importante para la institución y así respectivamente.


Nuestro atributo principal determinará todas las acciones, decisiones y mensajes que realice el centro educativo.


Por ejemplo, si colocamos la “Ética” como nuestro primer valor, entonces cualquier discrepancia deberá resolverse anteponiendo dicho concepto.


Consejo: no uses valores en los que tu competencia sobresalga, pues será inevitable que las personas hagan comparaciones que serán contraproducentes para tu marca.


Manos pegadas con las palmas unidas ofreciendo una flor amarilla
Los valores que no se practican se convierten en mentiras

No practicar nuestros valores


Muchos colegios redactan sus valores como si fuese una lista de buenos propósitos para fin de año. Lo peor es que esos listados no tienen nada que ver con lo que realmente acontece en el interior de sus oficinas, aulas y pasillos.


Si un colegio afirma tener el valor de la “tolerancia”, no puede vivir en sus oficinas situaciones de discriminación. Si una escuela dice amar la “libertad”, no puede prohibir la libre expresión de las ideas en el aula.


Los valores no pueden ser letra muerta, tienen que vivirse y respirarse en toda la institución, en cada empleado, en cada alumno y en cada maestro.


¿Se deben actualizar nuestros valores?


Los colegios no deben tener miedo de revisar, cambiar y actualizar tanto su misión, visión y valores.


Rectificar no es sinónimo de debilidad institucional, al contrario, las empresas importantes suelen transformar su identidad conceptual para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado.


Si tu colegio tiene demasiados valores, no son verdaderos diferenciadores o no se practican en el día a día, es momento de replantearlos y hacer las adecuaciones necesarias.


Una buena manera de evaluar nuestros valores es preguntándole directamente a los alumnos y padres de familia si realmente viven y sienten esos preceptos al interactuar con la institución.


Un colegio que ostenta cualidades que no practica terminará desilusionando a su comunidad académica y promoverá opiniones desfavorables que tarde o temprano afectarán en su captación de alumnado.


Los centros educativos congruentes son bien valorados por las personas y tienen menos problemas para llenar sus matrículas. Es más, ni siquiera tienen que invertir demasiados recursos económicos en sus acciones de marketing y promoción.


Es momento de autoevaluarnos para saber si somos congruentes entre lo que decimos y hacemos. En caso de no ser así, es mejor encauzar el rumbo que seguir viviendo bajo una identidad falsa.


Te comparto un archivo descargable con una lista de valores que puedes utilizar para tu colegio.




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