Aarón Rosette
Colegios privados en crisis poscovid
Actualizado: 9 mar
Las consecuencias económicas de la pandemia afecta a los colegios privados.

Como consecuencia de la pandemia generada por el COVID-19, las escuelas incorporaron las clases en línea.
Muchas lo hicieron como alternativa temporal para poder seguir laborando, sin embargo, otras lo hicieron con la intención de ampliar de manera definitiva su catálogo de servicios educativos.
La crisis de salud ha obligado a los colegios a adaptarse a una nueva realidad, pero eso no implica que todos estén dispuestos a diversificarse.
Al final, las instituciones que se queden cruzadas de brazos esperando a que todo regrese a la “normalidad”, estarán muy por detrás de aquellas que sí se hayan preparado para cambiar su oferta educativa.
El futuro será más benevolente para las instituciones que hayan sido proactivas, y más difícil para aquellas que hayan sido reactivas.
Si bien al principio todos fuimos reactivos porque nadie estaba preparado para la pandemia, a un año de distancia podemos ver las consecuencias de haberse o no adaptado al mundo digital.
Aún existen colegios que no cuentan con sitios web y desconocen las posibilidades que ofrece el marketing digital para captar alumnado.
Esos son los colegios que están en mayor riesgo de desaparecer, pues depende al 100% de la presencialidad para captar interesados.

Los colegios solo pueden afrontar las crisis de tres maneras: renovándose, innovando o siendo disruptivos.
Con la “renovación”, tomamos ideas de la competencia para mejorar nuestros servicios o promociones. El problema de la renovación es que el público lo percibe como una respuesta a lo que otros hacen.
Con la “innovación”, el colegio invierte en modernizar sus instalaciones, ampliar sus recursos tecnológicos o incrementar sus servicios (nuevos cursos o talleres, u otras licenciaturas).
La mayoría de las instituciones educativas apostaron por la innovación como medida de emergencia.