Profesores difíciles: guía para gestionar conflictos en colegios
- Aarón Rosette

- 20 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 23 oct
Esto es lo que aprenderás
Cómo identificar las causas reales detrás de un conflicto docente sin dejarte llevar por percepciones o rumores.
Qué tipologías de profesores conflictivos existen y cómo adaptar tu intervención según el perfil del docente.
Estrategias concretas de comunicación para abordar situaciones difíciles con firmeza, respeto y claridad.
Cómo diseñar planes de mejora docente con objetivos medibles y seguimiento estructurado.
Criterios éticos y profesionales para decidir si es momento de despedir a un profesor o seguir acompañándolo.

La gestión docente es uno de los mayores desafíos de la dirección escolar. Mantener un equilibrio sano en el equipo no es tarea sencilla, especialmente cuando surgen conflictos con algunos profesores.
En medio del estrés diario, es fundamental contar con estrategias claras que permitan actuar con criterio y empatía, preservando tanto la calidad educativa como la convivencia laboral.
Tal vez ya te haya pasado: empieza el día con una queja de padres sobre un docente, sigue con rumores de conflictos en la sala de profesores, y termina con otro profesor enojado esperando en tu oficina.
¿Cómo actuar sin precipitarse, cómo encontrar un balance adecuado entre firmeza y comprensión?
Pasos para gestionar conflictos con profesores en colegios
A continuación encontrarás una guía práctica que te ayudará a afrontar estas situaciones con confianza y claridad.
1. Analiza la situación: no tomes partido sin información objetiva
Cuando surge un problema con un profesor, la urgencia o presión pueden llevarte a intervenir sin haber comprendido plenamente la situación. Antes de actuar, detente y dedica un momento a recolectar datos de manera estructurada.
Identifica claramente a los implicados
Pregúntate quiénes participan directa e indirectamente en el conflicto. Considera cómo percibe cada uno la situación y cuál es su versión de los hechos.
Determina la frecuencia y duración del conflicto
¿Es un hecho aislado o forma parte de un patrón de conducta recurrente?
Busca evidencias objetivas
Reúne documentos, mensajes, reportes formales, registros de incidencias o cualquier otra evidencia tangible que respalde la información disponible. Evita decisiones basadas exclusivamente en rumores o percepciones subjetivas.
Revisa los antecedentes del docente
¿Ha habido situaciones similares en el pasado con esta persona? ¿Cómo se abordaron previamente?
Dedicar tiempo a esta fase inicial evita cometer injusticias o agravar problemas menores. Además, fortalece tu liderazgo, ya que el equipo percibirá que actúas con seriedad, justicia y profesionalismo.
2. Identifica las tipologías de los profesores para actuar con criterio
No todos los docentes complicados son iguales ni requieren el mismo tipo de intervención. Conocer y reconocer distintas tipologías ayuda a planificar estrategias de acción concretas y efectivas.
El resistente al cambio
Siempre critica o cuestiona cualquier innovación pedagógica o administrativa. Suele decir frases como “así se ha hecho siempre” o “no veo necesidad de cambiar”. Esto puede frenar la creatividad del equipo e influir negativamente en docentes motivados por la innovación.
Cómo actuar
Involúcralo desde etapas tempranas en la planificación de cambios y pide activamente su opinión. Reconoce explícitamente el valor de su experiencia pasada, pero expón claramente los beneficios que aportará la innovación propuesta.
El individualista carismático
Tiene buena relación con estudiantes y familias, pero suele actuar fuera de las normas institucionales. Evita el trabajo colaborativo y prioriza sus criterios personales por sobre las decisiones consensuadas del equipo.
Cómo actuar
Refuerza el marco institucional de forma amable pero firme. Explícale la importancia de alinearse con los procedimientos acordados y aprovecha sus habilidades interpersonales, involucrándolo activamente en proyectos colectivos específicos.
El ausente emocional
Cumple con lo mínimo requerido, pero emocionalmente parece desconectado del equipo y de los estudiantes. Su indiferencia genera desgaste y sobrecarga en otros docentes más implicados.
Cómo actuar
Investiga causas personales o profesionales que estén generando esta distancia. Ofrece apoyo emocional, escucha activa y acompáñalo con tareas específicas que puedan reconectarlo paulatinamente con el proyecto institucional.
El reincidente
Ha recibido múltiples advertencias y apoyos; sin embargo, sigue incurriendo en comportamientos inadecuados, como llegar tarde, faltar injustificadamente o tener un trato irrespetuoso con colegas o alumnos.
Cómo actuar
Interviene con planes específicos, claros y documentados que permitan evaluar objetivamente sus mejoras. Si no funciona, considera decisiones más formales siguiendo criterios institucionales y legales claros.
El generador de tensión
Con frecuencia, crea o difunde rumores, provoca conflictos internos o genera división en el equipo docente, afectando seriamente el clima laboral.
Cómo actuar
Habla directamente con él de forma individual, especifica claramente los comportamientos observados, establece límites claros y las consecuencias si la situación continúa. Asegúrate de monitorear su conducta en adelante.
Es importante considerar que una misma persona puede mostrar más de un patrón conflictivo. Para ello, la observación sistemática, la escucha activa y la documentación constante te permitirán detectar con claridad si la situación es pasajera o requiere medidas específicas y sostenidas en el tiempo.
3. Desarrolla y aplica estrategias para una comunicación efectiva
La manera en que abordas el conflicto es tan importante como las medidas que adoptas. Un buen liderazgo no significa ser autoritario ni evasivo, sino actuar de manera clara, firme y empática.
Estas estrategias te ayudarán a mantener una comunicación constructiva y efectiva cuando necesites intervenir ante profesores difíciles.
Organiza reuniones individuales en un espacio adecuado
Convoca al docente implicado a un encuentro privado. Evita reuniones improvisadas o delante de otros compañeros o alumnos, ya que esto podría generar resistencia o incomodidad.
Expresa claramente los hechos
Comunica lo que has observado de manera objetiva y concreta. Evita juicios personales, opiniones subjetivas o acusaciones que puedan bloquear la comunicación.
Usa expresiones como:
“En los últimos días, observé…”
“Según los reportes recibidos…”
“En la reunión del equipo percibí que…”
Esto permitirá al docente comprender la situación desde los hechos, no desde el ataque personal.
Escucha atentamente su perspectiva
Da espacio al profesor para que comparta su versión de los hechos. Escúchalo activamente y reconoce la importancia de su visión. Este gesto fortalece tu credibilidad como líder justo y respetuoso.
Define expectativas claras y alcanzables
Luego de escuchar y comprender ambas perspectivas, establece metas específicas de mejora y compromiso. Usa términos claros, objetivos y medibles, indicando plazos concretos y cómo se evaluarán los avances.
4. Pon en marcha planes de mejora docente
Diseña planes individuales para aquellos docentes que requieren acompañamiento específico.
Asegúrate de incluir:
Objetivos específicos (qué comportamiento debe cambiar).
Actividades concretas y realistas para alcanzar los objetivos.
Plazos razonables y medibles (evitando tiempos demasiado breves o excesivamente largos).
Responsables claros que den seguimiento al proceso (tutores, coordinadores o especialistas).
5. Realiza revisiones periódicas de seguimiento
Agenda reuniones breves de seguimiento cada una o dos semanas para evaluar los avances, reconocer esfuerzos y ajustar las estrategias en caso necesario.
¿Es momento de despedir? Criterios claros para tomar una decisión responsable
Tomar la decisión de desvincular a un docente siempre será compleja y delicada. Como líder educativo, es fundamental diferenciar cuándo esta medida es necesaria y cuándo aún pueden explorarse alternativas de acompañamiento o mejora.
A continuación, se presenta un cuadro comparativo para ayudarte a evaluar esta decisión con responsabilidad y criterio.
Corresponde despedir cuando | No corresponde despedir si |
Hay incumplimientos reiterados, claramente documentados, y el docente no muestra avances tras varios planes de mejora. | Es el primer incidente relevante, y el profesor demuestra disposición al cambio. |
La conducta afecta gravemente la convivencia, el aprendizaje o la reputación de la institución. | No se ha realizado una intervención formal ni se ha ofrecido un plan de mejora estructurado. |
Se han agotado instancias de diálogo, asesoramiento y acompañamiento institucionales. | El conflicto puede resolverse mediante ajustes razonables, apoyos temporales o capacitación. |
Gestionar conflictos también es ejercer liderazgo educativo
Lidiar con docentes difíciles no es tarea fácil, pero forma parte del rol directivo. Abordar estos conflictos con claridad, firmeza y empatía, fortalece el liderazgo escolar, mejora el clima institucional y protege el proyecto educativo.
Cada vez que actúas con justicia y determinación frente a un conflicto, estás formando cultura institucional. Y esa cultura impacta directamente en el aprendizaje, la convivencia y la estabilidad del colegio.
Tu liderazgo se construye, en gran parte, en esos momentos difíciles donde se requiere equilibrio entre lo humano y lo profesional.
No lo olvides que ejercer autoridad no es imponer, sino orientar, sostener y decidir con base en el bien común.




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