Aarón Rosette
Tipos de conflictos en centros educativos
Actualizado: 11 mar
Aprende a identificar los conflictos más comunes dentro de un centro educativo.

Un conflicto es «un tipo de situación en la que las personas o grupos sociales buscan o perciben metas opuestas, afirman valores antagónicos o tienen intereses divergentes» (Jares, 1991, citado por Pérez y Gutiérrez, 2016).
4 tipos de conflictos en centros educativos
1. Conflictos en torno a la pluralidad de pertenencias
Esto sucede en las escuelas donde los perfiles de puestos no están claramente definidos y el personal “hace de todo”. Desempeñar varias tareas no es el problema, el problema es desempeñar distintos roles.
La frase “ningún siervo puede servir a dos señores” se refiere a cuando desempeñamos dos papeles, tarde o temprano caeremos en conflicto.
Un ejemplo muy usual es encontrar en universidades tanto públicas como privadas, que los coordinadores académicos también impartan algunas materias. Este doble rol de coordinador y maestro generará un conflicto en los alumnos y demás personal del colegio.
Vamos a suponer que, en su rol de docente, el coordinador académico no es bueno. ¿Con quién se podría quejar el alumno?
Para evitar este tipo de situaciones, recomiendo evitar desempeñar más de un rol en el colegio.
2. Conflictos en torno a la definición del proyecto institucional
Este tipo de conflicto es bastante frecuente y sucede por la existencia de múltiples objetivos, a veces coincidentes y a veces contradictorios entre sí.
Por una parte, están los objetivos institucionales, pero también están los objetivos personales y de grupos que conforman la organización, sumando además los objetivos de la comunidad dentro de la cual nos encontramos. Es normal y entendible que a veces se generen conflictos de intereses.
«Los conflictos de objetivos se reactualizan anualmente con la elaboración de la planificación institucional y exigen algunas reflexiones» (Frigerio, Poggi y Tiramonti, 1992, p.66).
El éxito en este tipo de conflictos dependerá de la capacidad de la institución para negociar y, sobre todo, respetar los proyectos profesionales de cada persona.
Un buen gestor sabe cómo aprovechar los talentos individuales y de grupo para motivarlos e integrarlos en acciones que ayuden al logro de los objetivos de institucionales.