¿Por qué los colegios deben preocuparse por la salud emocional de sus maestros?
¿Qué es el estrés?
En 1935, Han Seyle, padre del estudio del estrés, lo llamó “Síndrome General de Adaptación”; como psicóloga, considero que el nombre es muy acertado.
3 fases de adaptación del estrés
Alarma de reacción: sucede cuando detectamos el factor o los factores estresantes.
Adaptación: es cuando nuestro cuerpo reacciona a dichos factores. En esta fase yo agregaría la forma en que también reacciona nuestra mente.
Agotamiento: aparece debido a la duración o intensidad de los factores estresantes y va acabando con nuestras defensas y formas de afrontamiento.
Causas del estrés laboral
Los estresores son contrariedades imprevistas o previstas que van desde condiciones personales, profesionales, económicas o de salud que se perciben como amenazantes y generan preocupación.
Los estresores más comunes en la sociedad actual pueden ser tanto físicos como mentales. Sin embargo, existen también alteraciones neurofisiológicas que generan malestar y pueden llegar a ser crónicas.
El estrés laboral surge cuando las demandas, las condiciones laborales, la falta de capacitación, el ambiente laboral y la presión a la que están expuestos los docentes de manera cotidiana sobrepasan su capacidad para hacer frente a situaciones que acontecen en su entorno.
¿Qué es la ansiedad?
Es una emoción orientada hacia el futuro, en la cual influye de forma significativa una percepción en la que las personas sienten que no tiene el control de situaciones o acontecimientos adversos que le provocan incertidumbre.
Estas emociones suelen venir acompañadas de pensamientos catastróficos y este tipo de pensamientos mantienen a las personas en un ciclo sin fin de malestares y causas.
¿Has pensado que la situación que estamos viviendo podría ser peor?
¿Has sentido que que no cuentas con las herramientas o posibilidades necesarias para solucionar un problema que te aqueja?
Si la respuesta es sí, has atravesado cuadros de ansiedad. Lo cual es entendible debido a la pandemia que estamos atravesando.
La ansiedad es un trastorno clínico que también genera un malestar físico, emocional, cognitivo y hasta puede provocar cambios conductuales, afectando los ambientes de trabajo de las personas que lo padecen.
La ansiedad suele confundirse con expresiones lingüísticas como: preocupación, miedo y nervios.
¿Qué es el Síndrome de Burnout?
En 1974, Herbert Freudenberg lo definió como estado de fatiga o frustración que aparece como resultado de la devoción a una causa o estilo de vida que no produce las recompensas esperadas.
En 1983, el autor integró a su definición conceptos como personalidad, desempeño en el trabajo, relaciones interpersonales y estilo de vida, señalando que no solo afecta al individuo, sino también a la empresa para la cual trabaja.
En 1976, Maslach lo describió como el fracaso personal. En 1986 Maslach y Jackson amplían este término y lo llaman “respuesta emocional” que ocurre en profesionales que trabajan con otras personas.
3 dimensiones del síndrome de Burnout
Agotamiento emocional
Sensación de sobreesfuerzo y hastío por las interacciones, lo que genera una incapacidad para realizar correctamente las tareas.
Despersonalización
Las personas pueden mostrase distantes y frías hacia sus compañeros, además de irritables.
Realización personal
Disminución en la autoconfianza y bajo rendimiento laboral. Se genera un autoconcepto negativo con baja tolerancia a la frustración, dando como resultado la carencia de expectativas en el ámbito laboral y personal.
Cualquiera de estos tres conceptos puede afectar a los profesores e impactar en la calidad de la educación en cualquiera de sus niveles.
Consecuencias del Síndrome de Burnout
Desmotivación.
Menor interés por los alumnos.
Ausentismo.
Una inadecuada preparación o falta de planeación de las clases.
Malas relaciones con compañeros de trabajo.
Irritabilidad y poca tolerancia a los estudiantes.
Todo esto afecta directamente a la calidad del servicio educativo, ya que es percibido por los alumnos y sus familias, provocando una percepción negativa del colegio y, en el peor de los casos, deserción del alumnado.
Aún en una videoconferencia, las emociones del maestro se transmiten a los alumnos y se perciben por los padres.
La estabilidad emocional de los profesores debe ser un tema prioritario en cualquier institución educativa que desee mantener la calidad en su servicio.
Los directivos deben tomar cartas en el asunto y diseñar estrategias que ayuden a reducir la carga laboral y mitigar los efectos psicológicos que la pandemia está generando.
Los maestros son el rostro de nuestro colegio y por ello son también nuestro principal activo.
El verdadero marketing educativo no solo se enfoca en la venta de servicios, también se preocupa de la calidad de los mismos.
Creer que el estado emocional de nuestro profesorado no nos afectará como marca educativa, es una miopía que puede costarnos nuestra permanencia en el mercado.